La dispersión geográfica, la dificultad de comunicaciones, la lengua de uso habitual y el tamaño de los municipios, entre otras particularidades, hacen que esta comarca tenga aparentemente pocos vínculos de cohesión. Sin embargo, es una entidad rica, variada, potente, con pasado, vida activa y recursos.
Esta comarca de casi 1.000 km cuadrados de extensión está constituida únicamente por seis municipios. Dos en el Ebro, Caspe y Chiprana; tres en el Matarraña/Matarranya, Maella, Fabara y Nonaspe; y otro, Fayón, en la confluencia de ambos ríos, que forman una uve hídrica comarcal, adornada por el final del Regallo, del Guadalope y del Algás/Algars. En unos se habla castellano, en el Matarranya y el Algars, catalán. La capital, Caspe, tiene más población y territorio que las otras cinco poblaciones juntas.
Con una densidad de 12,6 habitantes por kilómetro cuadrado, menor que la media de Aragón, su economía es muy equilibrada entre los diversos sectores productivos, conjugándose una agricultura avanzada (7.655 ha regadas) con una industria orientada hacia el sector agroalimentario y unos servicios adecuados en las poblaciones, concentrándose los principales en Caspe.
Esta singular comarca se ubica junto a los Monegros, pero cuenta con la mayor superficie o lámina de agua de todas las aragonesas, donde el Ebro deja Aragón, penetrando como punta de lanza en Cataluña. El meridiano O o de Greenwich la atraveisa por Caspe.
A unas potentes raíces históricas, se suman un medio natural a tener en cuenta, una riqueza patrimonial muy singular y una intensa actividad de eventos y fiestas, sin olvidar los alicientes comerciales, gastronómicos y culturales de notable raigambre.
El visitante, turista o viajero, podrá disfrutar de esta interesante diversidad, apoyada por una buena oferta de servicios turísticos.
Fuente: Colección RUTAS CAI por Aragón. Número 16: Caspe, el Mar de Aragón y el Bajo Matarraña.
